Ante el fracaso de la medida de fuerza lanzada la semana pasada (que tuvo nulo acatamiento) y la falta de apoyo de los propios trabajadores, la UPCN Río Negro montó una carpa frente a la Casa de Gobierno.
El sindicato comandado hace décadas por Juan Carlos Scalesi parece haber perdido el rumbo. Carece totalmente de acompañamiento, a tal punto que la medida del jueves y viernes pasado solo fue acatada por 11 administrativos y menos del 10% de los porteros en toda la provincia. Una cifra que no merece ni análisis.
El empleado estatal mostró su conformidad con la pauta salarial y le bajó el pulgar a UPCN. Entiende que se hizo el mejor esfuerzo para sostener el pago en tiempo y forma de uno de los mejores salarios del país. No es poca cosa en el contexto actual de pandemia y crisis económica.
Scalesi se ve desorientado y solo. También perdió el apoyo de sus pares. Ningún otro gremio estatal decidió acompañarlo en esta cruzada. Por el contrario, todos priorizaron sentarse, discutir y acordar una pauta salarial con seriedad, apostando a la paz social.
Como si fuera poco, la impotencia del gremio se mezcla con la necesidad urgente de dar respuesta a sus patrones políticos del Frente de Todos. La jugada política de Scalesi también acá es equivocada, tanto como cuando en 2019 decidió apoyar a Martín Soria en su candidatura a Gobernador.
Entonces, como ahora, Scalesi juega sólo para él, y pierde.
