Dos cesanteados encabezarían la protesta policial en Río Negro

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Esta semana los uniformados de varios distritos del país reclamaron de diferentes formas por sus salarios. La más grave de todas, la de la provincia de Buenos Aires, que todos los sectores de la política argentina condenaron por extemporánea y abusiva, se zanjó con una equiparación de valores entre la federal y la bonaerenese. El gobierno rionegrino llevó con un aumento express el salario policial a valores similares, sin embargo, la protesta, algo tenue continúa en las puertas de algunas comisarías.

El sitio infoargentinos denuncia que los cabecillas a cargo de los reclamos de los uniformados serían dos ex policías que fueron cesanteados por graves inconductas. La página informativa, con datos precisos que indican filtraciones internas de la fuerza, marcan la extensa cantidad de sumarios e inconductas que los sindicados como voceros de la protesta, fueron acumulando hasta que fueron finalmente echados de la fuerza.

La agencia de Noticias señala a Rubén Angel Muñoz como uno de los propulsores del conflicto y un rápido repaso del facebook del implicado confirma la teoría del periodista, que además acusa al ex policía, que maneja un negocio en una toma del Alto Valle, de estar «demasiado cerca» del ex intendente de General Roca, el actual diputado nacional Martín Soria.

La misma fuente sitúa en la capital provincial al ex Cabo Primero Miguel Ángel Morales, quien fue cesanteado definitivamente de la Policía tras casi 19 años de servicio y tendría un legajo casi gemelo al de Muñoz, quien sería el otro «jefe» de la protesta. La página web deja entrever que ambos ex policías siempre fueron díscolos y poco apegados a las normas de la institución.

La presencia de dos líderes que no son policías en la protestas, le quitaría interlocutores válidos para la negociación en la que piden un mínimo de 70 mil pesos. Los demás manifestantes son familiares de efectivos y algunos retirados.

Mientras tanto, los Retirados Autoconvocados, que encabeza Rubén Calvo, pidieron a sus pares que “dejen la calle” pero entendió que el aumento “no es suficiente” frente a un sueldo que tuvo una depreciación de un 70% en los últimos casi tres años.

Calvo se ofreció como mediador en el conflicto. “Hay que seguir hablando, pero alentamos a dejar la calle”, manifestó quién lidera esa organización de retirados, con innumerables protestas callejeras pero ahora incorporado a una mesa de diálogo.