Transformar la Argentina, más allá de los encasillamientos

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Ayelen Spósito*

Nos encontramos en una etapa histórica de la Argentina, tan compleja, que necesitamos parar un poco a pensar. Tomarnos una breve pausa en la actividad vertiginosa de la campaña rumbo al 19 de noviembre, para la victoria de Massa, para reflexionar y analizar dónde estamos parados respecto a la política nacional y local.

El camino de la Unidad Nacional que se propone y está construyendo el ministro de Economía, se trata de una propuesta y una voluntad política, sin antecedentes cercanos en el tiempo, y tan necesaria en el actual contexto. La misma consiste en ampliar la base de sustentación de un sector político determinado e ir hacia la confluencia de todos los sectores nacionales y democráticos, trazando los más grandes consensos entre quienes lo integraremos, entre los cuales sobresalen múltiples contradicciones, de todo tipo, pero con la vocación innegociable de sostener el estado de derecho por sobre el autoritarismo, la defensa de los intereses nacionales por sobre las cadenas a que nos someten desde los organismos y poderes financieros internacionales, y del entendimiento general de que hay que crecer económicamente para poder distribuir mejor el ingreso.

En esa profunda concepción nos encuentra trabajando para garantizar una victoria contundente y definitiva, saludando y dando bienvenida, incluso a los sectores que hasta hace poco extraviaban la brújula y llamaban a volcarse a cualquiera de los proyectos en pugna, y hoy se suman a la cada día más numerosa catarata de adhesiones.

Es de destacar que la dirigencia política, de prácticamente todas las tendencias, vienen naufragando en miserables pujas de poder que desnudan más vanidades y personalismos que proyectos serios de construcción de una Patria para todas, todos y todes. Y una significativa parte de los argentinos y argentinas han castigado con bronca ese gran pecado, volcando su voto masivamente a proyectos de entrega total de soberanía, de derechos, de más de cien años de historia nacional. No tanto porque convenza este tipo de proyectos, como porque llega desde la interpelación a este hartazgo general.

Tenemos la última oportunidad. Y esta vez no podemos utilizar las piedras para nuestros adversarios, sino intentando puentes y al menos un punto de coincidencia. Esta vez debemos defender la gloriosa argentina con mucha tenacidad, sabiduría, entendida como una real autocrítica y corrección de errores. En la primera vuelta demostramos que se podía. Que el gigante dormido que es el peronismo jamás debe darse por muerto y que seremos capaces, otra vez en la segunda vuelta, de plasmar una victoria para ir dejando atrás aquellas grietas superficiales (que esconden tanto alguna coincidencia entre extremos, como las verdaderas contradicciones nacionales)

En Río Negro nuestro querido peronismo se encuentra despedazado en mil partes a causa de muchos de estos factores. Este 10 de diciembre asumiremos bancas en la legislatura provincial casi medio centenar de diputados y diputadas de al menos tres delimitados espacios políticos: el del gobierno provincial y sus aliados, el del macrismo, y nuestro espacio peronista, que con mucha coherencia histórica logró 5 bancas con el Frente Vamos con Todos. El desafío será hoy más que nunca, abrazar aquel lema peronista sellado a fuego, acerca de que primero la patria, luego el movimiento y por último, los hombres y mujeres.

*Legisladora provincial de Rio Negro, electa por el Frente Vamos con Todos. Diputada Nacional MC. Médica del Hospital de San Antonio Oeste