El día del árbol se conmemora hace más de 200 años en el mundo y si bien según el lugar se celebra en momentos diferentes del año, la antigüedad de la misma habla de la importancia de su protagonista: EL ÁRBOL.
El árbol acompaña a la humanidad desde su nacimiento. Desde casi lo figurativo, dado que empezamos a caminar cuando nos bajamos de él, hasta la aparición y desaparición de culturas enteras por su explotación.
En la Argentina, todo comenzó quizás con Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la Nación desde 1868 hasta 1874, y el principal impulsor de la actividad forestal. En un discurso señaló: «El cultivo de los árboles, conviene a un país pastoril como el nuestro, porque no solo la arboricultura se une perfectamente a la ganadería, sino que debe considerarse un complemento indispensable. (…) ¡Planten árboles!» era una frase que repetía incansablemente.
Pero el origen del Día del Árbol en nuestro país tiene una razón puntual. El 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación instituyó esta fecha especial -que se celebra desde 1901- gracias a una iniciativa de Estanislao Zeballos. Quien promovió esta fecha para concientizar sobre el cuidado y la protección de las superficies arboladas desde la política pública.
Hoy, la consideración de estos conceptos se traducen por un lado en valorar todos sus atributos en el desarrollo forestoindustrial, de la mano del manejo sustentable, de complementar otras producciones como el Silvopastoreo, de equilibrar su producción y el manejo de los bosques nativos para su preservación y disfrute para la posteridad. A todo ello, le sumamos ser el caballito de batalla en la pelea por el cambio climático”.
En el Ministerio de Producción y Agroindustria se está implementando un laboratorio que funciona en el Vivero Provincial en Viedma y que depende de la Dirección de Bosques, cuya tarea es la multiplicación meristemática de especies nativas del Monte, como Condalia micropfyla (piquillín), Geoffroea decorticans (chañar) y otras especies que servirán para la replicación, renovación y posterior reforestación de áreas que han sido degradadas por diversos factores; esta iniciativa se originó hace aproximadamente unos cinco años atrás y se desarrolla con recursos y aportes de diferentes organismos.
Por otra parte también es importante destacar que por Ley N° 3386 la provincia tiene su árbol emblemático: el Ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis).
El árbol es un ecosistema en sí mismo nos acompaña en la comunidad, es fuente de calor e incluso nuestro hogar se puede construir a partir de madera, es un ecosistema donde habitan otras diferentes especies animales, es cobijo tanto en las ciudades como en el campo.