Río Negro estrangulada: razones políticas de una crisis preocupante

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Por Pablo Barreno, legislador provincial

Hoy el presidente Alberto Fernández habilitó mediante el decreto 21/2020 un «anticipo financiero» de mil millones (1.000.000.000) de pesos que la Provincia de Río Negro solicitó debido a sus «dificultades financieras».

¿Qué significa esto? Que la Provincia se encuentra en una situación de quebranto financiero, ya que es incapaz de afrontar sus obligaciones y de acceder a financiamiento. Para decirlo simple, el Gobierno provincial se quedó sin dinero y el salvavidas que envía el Gobierno Nacional llega para evitar un colapso. Con este anticipo probablemente se haga frente a una parte de la deuda por tres mil millones emitida en noviembre de 2019, con vencimiento en abril de este año.

¿Por qué se emitió deuda hace dos meses? Para poder pagar sueldos y aguinaldos (¡gastos corrientes financiados con deuda!) y para cubrir el déficit financiero dibujado en el presupuesto 2019.

Dos cosas quedan claras:
1. La Provincia afronta una severa crisis que fue provocada por decisiones políticas; para este año se proyecta un escenario extremadamente complejo (se estima que alrededor del 13% de los ingresos corrientes serán destinados al pago de deuda entre intereses y capital).

2. Todos los actores del sistema financiero/económico han tomado nota y ya no creen en los dibujos del Gobierno provincial. Por eso esta vez no pudo colocar nuevas Letras y «mangueó» al Gobierno Nacional. Las proyecciones de recaudación y déficit del Ejecutivo ahora comandado por Arabela Carreras son inverosímiles para los acreedores, que ya vieron como en 2019 esos parámetros fueron una ficción para bicicletear los vencimientos de deuda. ¿Quién, en su sano juicio, compraría una Letra emitida por la Provincia con estos antecedentes?

Estos mil millones de anticipo tienen que ser devueltos, con intereses, durante 2020. Es decir que Río Negro permanece en el ciclo de endeudamiento contínuo como modelo. Un dato a tener en cuenta: los intereses de este nuevo endeudamiento no están cargados en el presupuesto. La incertidumbre que genera y la inviabilidad de este modelo quedan expuestas de manera dramática: los pagos de deuda serán cada vez mayores hasta que se devuelva el capital del Plan Castello. En ese marco el 2023, último año de la gobernadora Carreras, se presenta como poco menos que inabordable.

Política y economía

Es demasiado explícito como para negarlo. Las decisiones políticas tomadas en los últimos años desde el Ejecutivo, complementadas por una Legislatura convertida en escribanía por la mayoría automática, fueron las que configuraron la crisis actual. La síntesis de este esquema puede ser el slogan de campaña de Juntos Somos Río Negro para las elecciones del año pasado: «El Presidente que quieras…»

«El Presidente que quieras…» es la síntesis del proyecto de poder de JSRN. Eso implica que el pragmatismo sería su columna vertebral. Pero el pragmatismo sin ideología, sin doctrina ni experiencia histórica que te sustente, se convierte en pura especulación. Y en ese marco es que se producen los desastres financieros y económicos que desordenan la vida de los rionegrinos y rionegrinas. 
Bajo el paradigma de «El Presidente que quieras», JSRN se convirtió en uno de los mayores socios de Mauricio Macri, el peor Presidente desde el regreso de la democracia, y Río Negro se estableció como un territorio de experimentación neoliberal. Por eso el show de deuda, bicicleta financiera, dibujos inverosímiles y pérdida del poder adquisitivo de lxs rionegrinxs.

El «provincialismo» del que tanto hablan los exponentes de JSRN no es más que una máscara, un recurso literario para eludir la realidad: no se trata de las defensa de lxs rionegrinxs, sino de la construcción de poder de un grupo cerrado de rionegrinxs que aspiran a permanecer en el poder. No importa si hay que convertirse al neoliberalismo y luego abjurar de ello. Lo central es conservar el poder propio. ¿Cuál es el problema de ello? Que, en el medio, hay cientos de miles de rionegrinos y rionegrinas que padecen esa ambigüedad con recortes, tarifazos, despidos, pérdida de poder adquisitivo.

Un dato duro para reforzar esta tésis. Sin tener en cuenta nuevas emisiones previstas en el corto plazo, la deuda de la Provincia de Río Negro asciende a $36.157 millones, equivalentes a usd 605,4 millones. Comparado contra el año 2015, sin tener en cuenta letras, el aumento es del ¡482%! Es decir que durante su modalidad neoliberal, JSRN nos endeudó bestialmente.

Pero hay más en ese sentido. En el año 2019 se destinaron el 8,7% de los Ingresos Corrientes al pago de intereses de deuda; el proyectado para el año 2020 se estima por encima del 13%, cifra muy elevada si tenemos en cuenta que en el año 2015 solo se destinaba el 1% de los Ingresos Corrientes para pago de intereses.

Pero como dije la semana pasada, el peronismo será el encargado de reactivar a Río Negro en 2020 a través de las políticas públicas del Gobierno Nacional, en articulación institucional y territorial con nuestros diputados y senadores nacionales, con Legisladores provinciales e intendentes.

Finalmente, creo que es menester subrayar otro de los conceptos de los que tanto se habla con ligereza. Oposición responsable. ¿De qué se trata eso? En una provincia como la nuestra, en la que la suma del poder público está concentrado en un puñadito de hombres y mujeres de JSRN, es vital que el peronismo cumpla con el mandato popular de los votos y garantice una voz disidente que, desde los argumentos, enhebrando demandas y necesidades de los vecinos y las vecinas de nuestra provincia, se instale como una opción, como una alternativa a un Gobierno provincial que desde hace muchos años hace y deshace a su antojo…y las consecuencias están a la vista.