por Miguel Alejandro Allegrini y Anibal Cesar Ortiz
Comúnmente, y en la vida cotidiana, nos cruzamos en la calle con distintos actores de nuestra sociedad. Y en esa variante nos encontramos con “los laburantes”, aquellos hombres y mujeres que día a día, salen de sus hogares, no solo para ganar el sustento, sino también para progresar y alcanzar una mejor calidad de vida. Porque el trabajo no solamente forma parte de la obtención del poder adquisitivo, también sino que se halla relacionado intrínsecamente con la realización del individuo como parte de un todo, en el sentido de pertenencia y de verse identificado, valorado en la mirada del “otro”.
Claramente, la búsqueda de esa calidad de vida, también se refleja en el estado de sus condiciones laborales, lo que demanden estos tiempos de crisis y muchas veces de incertidumbre. No solo físicamente son las afecciones que pueden derivar de las tareas laborales, sino que psicológicamente y de una forma un poco menos visible, nos vemos afectados por distintas circunstancias propias o no del ámbito laboral donde nos manejamos, repercutiendo en nuestro desenvolvimiento hacia el entorno y hacia nuestros pares.
Desde un organismo público, una obra en construcción, una tarea en la vía publica, hasta un pequeño comercio, conllevan distintos tipos de riesgos o situaciones determinadas en los que muchas veces la salud de los trabajadores se encuentra expuesta en distintos niveles.
Ello no implica que necesariamente ocurra el hecho desafortunado, dependiendo de la susceptibilidad del sujeto al momento de la ocurrencia, siendo que la misma situación, puede afectar o no de diferentes maneras a dos sujetos que comparten el puesto laboral.El riesgo a un acontecimiento desafortunado se halla latente en cualquier situación donde el frágil y complejo cuerpo humano se expone desde que nos levantamos hasta que volvemos a reposar para recuperar nuestra energía.
En todo ese espacio de tiempo donde nos trasladamos, desenvolvemos, y realizamos distintas actividades, exponemos a nosotros y a terceros a la ocurrencia de dichos eventos, desde un pequeño tropezón,hasta un acontecimiento de graves consecuencias. No solamente el procedimiento en el desarrollo de las tareas es factor determinante, existen sino también en la infraestructura que nos rodea, mucha veces desbordada por mobiliarios y archivos, instalaciones eléctricas sobrecargadas y precarias, (organismos y comercios) falta de señalización de lugares de tránsito, el trabajo en espacios reducidos,el mal acopio de materiales, la falta de elementos de protección personal y de protección colectiva (obras).
Sumando a estos factores históricos sobre la precariedad de las condiciones preexistentes, en el afán de modernizar el sector laboral, se han ido incorporando nuevas tecnologías, algunas ya optimizadas con resultados comprobables, y otras en condiciones de experimentación, lo que conlleva a nuevas situaciones, nuevos riesgos, y por ende la necesidad de modernizar y evolucionar el estudio de la seguridad e higiene laboral en el ámbito legislativo y práctico.Ante este panorama, resulta difícil que un empleador no vea el costo de la seguridad e higiene como una inversión, sino más bien como un gasto, que no presenta resultados de manera inmediata, cuyos componentes son afectados de manera paulatina, desde el cambio de hábitos, hasta la incorporación de nuevos métodos o elementos que aseguren un ambiente laboral más sano.
Es necesario que el profesional de higiene y seguridad, en colaboración con los actores directamente involucrados en el proceso de trabajo, tanto empleados como empleadores, amplíen la mirada sobre cómo un mal desempeño laboral se traduce en un costo superior. Un afectado directo por la tarea, es el empleado, que ante un accidente o hecho desafortunado, pierde la capacidad de continuar ejerciendo su labor de igual manera a como venía sucediendo, viendo el individuo reducida su jornada, sufriendo el traslado del sector hacia otro donde se reacondicione su labor, a veces podemos observar también que es suspendida la tarea o en casos más drásticos, el individuo desafectado permanentemente. Indirectamente, su vida personal también se verá afectada, dado que al variar las condiciones del individuo, su entorno (Familia, amigos, grupos de pertenencia) se verá afectado.Entonces ¿Qué papel juega el empleador en ello?… Pues bien, indirectamente, se verá afectado el entorno de trabajo, dado que la carencia de un integrante ya formado implica volver a entrenar a alguien (pérdida de tiempo y recursos), costos potenciales de tratamiento a la dolencia, recalificación ante la empresa aseguradora, inversión espontánea y urgente, sin planificar, para evitar la reincidencia del hecho…Sumemos a ello las sanciones que pueden sucederse desde los órganos contralores, la afección de terceros involucrados, el incremento de las primas pautadas con las empresas aseguradoras, y un punto no menos importante, la caída de la imagen corporativa ante los inversores o consumidores de la empresa u organización.
La respuesta inmediata ante tal panorama, no puede ser otra más que el asesoramiento directo de los empleadores por profesionales en Higiene y Seguridad que se involucren con las tareas de la organización, se establezcan canales de comunicación directos con los actores involucrados (Trabajadores, otros profesionales, organizaciones sindicales), y conformen un único frente que permita la provisión del servicio o producto de una manera segura, llevando la imagen corporativa a los más alto del mercado, sin perder la salud en ello…
Es necesario correr riesgos para alcanzar el éxito, pero nunca esos riesgos pueden representar valores tan elevados, que pululen sobre nuestra cabeza como la espada de Damocles… Si ello sucede, la pérdida del éxito está a la vuelta de la esquina… igual que la cruda realidad para cada uno de esos “laburantes” que cruzamos diariamente en la calle…
Para Mundo Rionegrino Noticias por OA servicios integrales de seguridad e higiene, un emprendimiento en conjunto, que opera en nuestra comarca desde hace diez años. Ofreciendo servicios relacionados al sector de seguridad e higiene. En el asesoramiento general, también contamos con otros profesionales a fin de satisfacer necesidades relacionadas a la construcción.